‘Streaptease’

EN UNA DE esas apariciones de fin de semana que hacen los grupos políticos al estilo Barrio Sésamo, María Dolores de Cospedal buscó furiosamente el titular defendiendo a su partido como el que más «esfuerzo de estreptease» ha hecho en los últimos años. Aunque no aclaró para qué. Hay conceptos que lanzados así, a bulto y sin gracia, generan de inmediato visiones absurdas que delatan el perfil de quien las dice y a la vez dibujan su caricatura. A la señora Cospedal uno la asocia más a la mantilla que al despelote, según mi fondo de hemeroteca. Quizá por eso confunde la transparencia con el calentón, sin pararse a pensar que la honestidad es obligación de los que viven de lo público y el streptease, principalmente, es un bonus extra que algunas novias conceden el día del cumpleaños.

No necesitamos políticos dispuestos a quitarse los gayumbos, sino políticos a los que no haya que pedirles que se vacíen los bolsillos en la entrada de un juzgado. No sé si me explico. Que Bárcenas esté en el trullo (donde anda templando su orfeón de papeles chungos para la ópera que vendrá) no es mérito de la claridad del PP, sino el resultado de la apabullante opacidad de un partido cuestionado ya a cualquier nivel y al que sólo le queda el ¡sálvese quien pueda! como mito. El prestigio de la política está lo suficientemente flojeras como para intentar subir la moral de la tropa con un falso desnudarse en tres tiempos. Resulta lamentable cómo todo se intenta reducir a parodia de Benny Hill a pesar de los gravísimos asuntos que les asedian. Sólo alguien que está muy seguro de que al otro lado del muro de la tele pacen idiotas puede salir diciendo cosas tan rasantes. Así no hay manera de hacer una crítica seria, porque cuando estás en ello irrumpe una dirigente a bordo de un eslogan de medio pelo como si la crisis de credibilidad del Gobierno se pudiera reducir a un vídeo de Sasha Grey en tanga rojigualda.

El inconveniente que le veo a la declaración de la señora Cospedal es que no queda claro si con lo del streaptease quiere reivindicar el desnudo o defender el destape. Son cosas distintas. El desnudo es dejarse examinar con libertad, mientras que el destape es fingirse natural con cierta represión (y mucha vulgaridad). Yo veo al PP más en lo segundo, pero será por mi prejuicio natural y mi demagogia de serie. Respecto al tema de la transparencia lo hablamos cuando gustes, cari.